sábado, 22 de enero de 2011

No acabarás!

Que gusto me da frenar el orgasmo de mi bestia cuando yo no me privo de repetir los míos!
Se vuelve loco, y cuando a pesar de los esfuerzos por contenerlo, venciendo el dolor que le causo y los frenos que él mismo se impone, estalla (porque mis queridos, para todo hay un límite) me queda por resaltar su sentimiento de culpa al haberme fallado!

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